Auspicia este blog

Milanesas de soja Tia alba
Milanesas tradicionales, saborizadas y rellenas
Hamburguesas de soja y viandas vegetarianas

martes, septiembre 09, 2008

Desolada historia del blues mexicano.

29-Agosto-2008
Desolada historia del blues mexicano
Luis Carlos Sánchez
Triste como sus acordes, la historia del blues en México no ha sido alentadora. A pesar de contar con una decena de músicos mexicanos que han gozado con la interpretación de sus notas

Triste como sus acordes, la historia del blues en México no ha sido alentadora. A pesar de contar con una decena de músicos mexicanos que han gozado con la interpretación de sus notas, el género sigue “estando en pañales”, no sólo en su ejecución, sino en la deficiente difusión que ha tenido.

Jorge García Ledesma, integrante del grupo Follaje, una de las agrupaciones pilares del blues, se ha dado a la tarea de recorrer ese sinuoso trayecto en el libro El camino triste de una música. El blues en México y otros textos de blues (Ediciones La Cuadrilla de la Langosta), primer volumen nacional dedicado al género musical.

Acompañado de un sección fotográfica, testimonios y una completa discografìa de las grabaciones que se han realizado de esta música en el país, García Ledesma retoma la época de los hoyos funky y las persecusiones políticas de la década de los 60, para ubicar la llegada del blues a México a través de las guitarras de personajes ya míticos como Javier Bátiz y Horacio Reni, quienes empezaron a tocar a bluseros como Muddy Waters y John Lee Hocker.

Esta historia también incluye nombres como los de los grupos Hangar Ambulante, Ginebra Fría, Bandido, Árbol y Three Souls in My Mind y músicos como Norma Valdés, Mayita Campos, Guillermo Briseño y Betsi Pecanins.

A pesar de estos nombres, señala el autor, “el blues siempre ha sido marginado, siempre se tachó como una música muy sexual, siempre era muy directo, en los conciertos juntaba mucha gente para reventar, para divertirse, eso nunca le gusto mucho a las autoridades”.

Esta situación, considera García Ledesma, marginó al blues hasta nuestros días y sólo “en pequeña escala” se puede hablar de un sello mexicano en el género, “es algo que se ha venido conformando con muy poco trabajo y marginación, al blues no se le ha podido dejar ser, todavía no hay un sello de distinción, hay mucha gente que habla del rock y del jazz, pero el blues ha sido despreciado”.
Triste como sus acordes, la historia del blues en México no ha sido alentadora. A pesar de contar con una decena de músicos mexicanos que han gozado con la interpretación de sus notas

Triste como sus acordes, la historia del blues en México no ha sido alentadora. A pesar de contar con una decena de músicos mexicanos que han gozado con la interpretación de sus notas, el género sigue “estando en pañales”, no sólo en su ejecución, sino en la deficiente difusión que ha tenido.

Jorge García Ledesma, integrante del grupo Follaje, una de las agrupaciones pilares del blues, se ha dado a la tarea de recorrer ese sinuoso trayecto en el libro El camino triste de una música. El blues en México y otros textos de blues (Ediciones La Cuadrilla de la Langosta), primer volumen nacional dedicado al género musical.

Acompañado de un sección fotográfica, testimonios y una completa discografìa de las grabaciones que se han realizado de esta música en el país, García Ledesma retoma la época de los hoyos funky y las persecusiones políticas de la década de los 60, para ubicar la llegada del blues a México a través de las guitarras de personajes ya míticos como Javier Bátiz y Horacio Reni, quienes empezaron a tocar a bluseros como Muddy Waters y John Lee Hocker.

Esta historia también incluye nombres como los de los grupos Hangar Ambulante, Ginebra Fría, Bandido, Árbol y Three Souls in My Mind y músicos como Norma Valdés, Mayita Campos, Guillermo Briseño y Betsi Pecanins.

A pesar de estos nombres, señala el autor, “el blues siempre ha sido marginado, siempre se tachó como una música muy sexual, siempre era muy directo, en los conciertos juntaba mucha gente para reventar, para divertirse, eso nunca le gusto mucho a las autoridades”.

Esta situación, considera García Ledesma, marginó al blues hasta nuestros días y sólo “en pequeña escala” se puede hablar de un sello mexicano en el género, “es algo que se ha venido conformando con muy poco trabajo y marginación, al blues no se le ha podido dejar ser, todavía no hay un sello de distinción, hay mucha gente que habla del rock y del jazz, pero el blues ha sido despreciado”.

No hay comentarios.: