De nuevo el poder de Michael Powers
Volvió como lo habían dicho. Ayer se produjo el regreso de Michael Powers a Bogotá y lo hizo para quedarse muy metido en los corazones de quienes amamos el blues. El 23 de julio pasado ya había dejado una pequeña huella musical, unas pinceladas de su talento y nos había dejado con las ganas y lo de anoche, en La Hamburguesería de la 93, fue la comprobación de que estábamos frente a una estrella.
A las 10:30 de la noche comenzó el concierto. Michel Powers en la guitarra, la veterana Sarah McLawler en el órgano, el fenomenal Pinky Méndez en el bajo y el enorme Neil Burton en la batería. En un escenario reducido, donde estaban algo apretujados (pero seguramente así son las tarimas en las que suelen presentarse en Nueva York), estos músicos nos mostraron toda la energía de su blues. Arrancaron con “Killing Floor”, tradicional tema de Howlin’ Wolf, con el cual se encendió de una vez la noche, en la cual el repertorio fue pasando por diversos estilos del blues (slow, country, boogie) y divirtiendo a los asistentes con increíbles versiones de temas como “Hey Joe” (que el mismo Jimi Hendrix envidiaría) y “Going down”, que acabaron de convencer acerca de la genialidad de Michael Powers.
Realmente fue muy grato volver a ver a este gran músico, esta vez acompañado por Sarah McLawler quien demostró que es la mejor –o la única tal vez- mujer que interpreta el órgano Hammond B3 y que con pocos momentos como líder de la banda, llevó al público a momentos especiales.
De nuevo Michael Powes hizo sentir su poder en una tierra que poco a poco está abriéndole las puertas al blues.
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