Baterista y fundador de la mítica banda Vox Dei sufrió un cáncer fulminante. Un verdadero precursor y maestro.
"Unos mueren por morirse nomás y otros por algo no
busques la diferencia pa’qué, no viene al caso‘, dice José
Larralde. La frase sintetiza el sentimiento de muchos amigos y los familiares de Rubén Basoalto, baterista de Vox Dei, que falleció ayer por la mañana en el Hospital Argerich luego de casi un mes de internación y un cáncer de pulmón que su cuerpo no aguantó.
“El Pulpo” Basoalto, de 63 años, falleció pasadas las
9:00 y sus restos serán inhumados en la jornada del jueves, cerca del mediodía, en el cementerio de Quilmes. Uno de los bateristas más personales del rock nacional, por su fuerza y humildad, y un espíritu de trabajo incansable.
Además de ser uno de los pocos “bateros” que se mantuvieron en una banda durante tantos años, como él lo hizo junto a Vox Dei, o en sus comienzos cuando se
hacían llamar “Match 4”. Basoalto fue miembro fundador
de la mítica bandamítica banda, fue miembro en 1967 junto a los guitarristas Ricardo Soulé y Juan Carlos “Yodi” Godoy, y el bajista Willie Quiroga. Su ultima presentación se produjo el 10 de octubre, en Banfield, y sobre el escenario se encontraban: Rubén, en batería,
Willy Quiroga, en el bajo, y Carlos Gardellini en guita
rra.
Precisamente aquel día fue internado en el Hospital
Argerich, donde llegó en ambulancia debido a la
inmovilización total de su brazo izquierdo, lo que obligó a terminar la presentación pactada tocando la batería con un brazo. Los médicos determinaron que tenía dos tumores cerebrales que debían ser tratados de manera urgente, programando una intervención para extirpar uno de ellos, para luego iniciar un tratamiento de
quimioterapia, muy costoso, para controlar el restante.
“No se quería cortar el pelo para operarse, era terrible”,
comentó un amigo cercano, reflejando la personalidad
del baterista. A la par el cáncer de pulmón, diagnosticado
hace varios años, comenzaba a influir. Luego de la intervención un paro cardíaco golpeó fuertemente la salud de Rubén y lo puso en un estado irreversible.
Anoche, un buen número de amigos y familiares, encabezados por su ex esposa, sus tres hijas, dos hijos y dos
nietos, acompañaban los restos de su querido Rubén
en una sala velatoria de Quilmes, desde donde partirán sus restos para ser inhumados en el cementerio de
aquella localidad.
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