"El 'blues' no es mi carrera, sino mi vida"
Pinetop Perkins, el pianista de Muddy Waters, de 94 años, es la atracción del Festival de Cazorla
FERNANDO NEIRA - Madrid - 27/07/2007
La expresión leyenda viviente adquiere significado con personajes como el viejo Joe Willie Perkins, el pianista que escoltó a Muddy Waters durante la última etapa del mítico bluesman de Chicago, desde 1969 hasta su muerte, en 1983. Perkins, apodado Pinetop tras popularizar en 1950 el éxito de Clarence Pinetop Smith Boogie woogie, es la sensación del Festival de Blues de Cazorla, que este fin de semana alcanza su 13ª edición. La cita ha recibido durante años a Buddy Guy, Solomon Burke, John Mayall, Mick Taylor o Robert Cray, pero cualquiera de estos nombres palidece ante este personaje lúcido y socarrón que acaba de celebrar sus 94 años y lleva casi ocho décadas en los escenarios. Perkins resucita esta noche, junto a Bob Margolin, Calvin Fuzz Jones, Jerry Portnoy y Willie Big Eyes, es decir, la formación señera de Waters, un quinteto que apenas se había reunido en 25 años. Más de 5.000 espectadores asistirán a este acontecimiento.
Pregunta. ¿Cuál fue la principal enseñanza que le legó Muddy Waters?
Respuesta. Lo mejor era aprender canciones nuevas a su lado. El viejo Muddy parecía una enciclopedia andante del blues. Pero, humildemente, creo que yo también aporté algo de buen boogie a su música.
P. ¿Ha padecido alguna vez de miedo escénico?
R. ¿Está bromeando? Llevo 79 años como músico profesional y me siento allí arriba igual que un pez en el ancho mar. Sólo sentiría algo de miedo si viese a alguien entre el público apuntándome con una pistola desde las primeras filas.
P. Se mudó de Chicago a Austin, en Tejas. ¿Cómo es un día cualquiera de su vida?
R. Igual que el de cualquiera, supongo. Como, bebo, fumo, descanso... Y por la noche, siete días a la semana, visito los mejores locales de blues de la ciudad. Disfruto de la música, y vendo y firmo mis propios discos a los clientes que me los piden.
P. Su médico le habrá dicho que abandone el tabaco...
R. Cuando tenía 84 años se empeñó en que dejara el bourbon y acabó consiguiéndolo. Ahora ya no estoy dispuesto a hacerle más concesiones. Usted sabrá ser comprensivo conmigo, ¿verdad? A cambio, le he nombrado mi manager personal. Se llama Pat Morgan y es encantadora.
P. ¿Le abruma la sensación de que docenas de músicos han seguido sus enseñanzas?
R. Al contrario: me encanta. Adoro escuchar a chavales jóvenes que tocan como yo. El primero fue Ike Turner. Sus primeras notas al piano las dio sentado sobre mis piernas, cuando él tenía nueve o diez años. Desde entonces ha habido muchos, muchos.
P. Ha ganado un Grammy, y hasta un premio de blues lleva su nombre. ¿Cuál es el galardón del que más presume?
R. Hijo mío, la verdad es que mi memoria no me da para recordarlos todos... Pero siempre he sido muy agradecido, no lo dude.
P. El pasado día 7 era su onomástica. ¿Lo celebró de alguna manera especial?
R. ¡Y que lo diga! Tuve tres fiestas distintas, tres, que se prolongaron durante cuatro días seguidos. Me cantaron el happy birthday varios miles de personas. Tremendo...
P. ¿Qué es lo primero que le viene a la mente por la mañana, nada más despertarse?
R. Pienso en Dios y en el cielo. Rezo mucho, desde luego.
P. ¿Y cómo le gustaría poner fin a su carrera?
R. Las personas del blues no tenemos carreras, sino vidas. Toda mi vida ha sido un blues, un largo y hermoso blues.
Diario El País, España.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario